domingo, 30 de septiembre de 2012

¿Y por qué?

Se solía preguntar: ¿Por qué a mí no me pasa eso? ¿Qué estoy haciendo mal? Y todo el mundo, en un intento por terminar con su bajo estado anímico le decía: "Noooo, tienes que relajarte." "Lo ves todo de manera pesimista". "Cuando menos te imagines, llegará".
Siempre los mismos comentarios provenientes de personas completamente diferentes entre sí. Pero eso...no le consolaba...

paradoja

Se le habían perdido unos pendientes y los necesitaba urgentemente. O eso pensaba ella.
Eran los únicos que combinaban con ese vestido de fiesta largo.  Miró en
los bolsillos de las chaquetas, vació el contenido de todos los cajones de la cómoda. Buscó
entre algunas cajitas y no obtuvo éxito. Se fue a la fiesta sin esos maravillosos pendientes.
Cuando volvió, siguió buscando y durante bastantes días también. A veces, cuando parecia
que se le había olvidado, venía otro pensamiento de: "Y si estuviera en..." y corría a inspeccionar
ese supuesto escondite. Pero nada. Su búsqueda no tenía frutos. Hasta que un día alguien le regaló
unos parecidos, más bonitos si cabe y se olvidó por completo de los anteriores. Entonces, ese día...
aparecieron.