Pues, al final, va a resultar que SI EL PUEBLO QUIERE, PUEDE. Fuera, entonces, esos pensamientos negativos acerca del adormecimiento en el que, supuestamente, está sumida la masa popular en pleno siglo XXI.
Que sí, que la caja tonta calma nuestra voluntad de cambio; que nuestros problemas cotidianos y personales eclipsan otros más profundos que afectan a todos...pero no los aniquilan. La sed de libertad, de proclamar a los cuatro vientos que el pueblo puede decidir y que si no le gusta lo que hay puede hacer temblar los cimientos de las estructuras más arcaicas es lo que ha demostrado el pueblo egipcio al mundo entero...Porque no hace falta haberlo perdido todo para arriesgar...
Un gran ejemplo, sí, señor...
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