DOMINGO DE RAMOS

Llueve. Llueve mucho. Con furia. Las gotas golpean los cristales de mi pequeño apartamento y los rayos tiñen el cielo de un color azul eléctrico. Desgraciadamente, la luna (llena) se ha ocultado tras las nubes.
Extraño comienzo de un domingo de ramos.
Es curioso. Cómo uno puede llegar a extrañar las tradiciones más ancestrales y, al mismo tiempo, hipócritas de su país. Extraño el olor a incienso en las calles, los golpes del tambor; los quejidos de las saetas...Sí, curioso. Porque Argentina es un país católico y, si cabe, más aún que España. O, al menos, más auténtico. Es decir, aquí creen con más devoción y menos folclore. La fé se vive por dentro y, además, conviven numerosas iglesias de todo tipo...Pero no celebran estas fiestas. No como en España. O, sobre todo, en Andalucía.
Es feriado, pero si no fuera porque enciendo la tele y pongo la 1 Internacional y aparecen los penitentes, la preocupación por el clima o cómo preparan las flores de la virgen, no sabría distinguir este feriado de cualquier otro. Es como si perdiera la noción del tiempo...de los tiempos que tenemos marcados desde que nacemos.  Aquí no se diferencia tanto una fiesta de otra.
Hoy, domingo de ramos, me he hecho un regalo y voy al concierto de Vetusta Morla. A escuchar melodías que me transporten a mi país, a escuchar ecos que me traen desde allá.
Estoy bien acá. Y digo acá porque quiero, porque tengo que empezar a mimetizarme. Venía en el autobús y venía pensando en este post, en estas diferencias que son maravillosas. Viva la diversidad de culturas!!!
También me preocupaba una cosa: no tengo nada que estrenar. Y, otra vez evocando al folclore popular de mi tierra, "si no estrenas algo el domingo de ramos, se te caen los pies y las manos"... Espero que sea la izquierda para poder seguir escribiendo este blog...jeje.