miércoles, 18 de mayo de 2011

REVOLUCIÓN

Me despierto inquieta y lo primero que hago es encender el ordenador. Busco, ansiosa, noticias sobre la pacífica revuelta que se está llevando a cabo en muchas ciudades de España. Ya era hora, pienso. Y, por otro lado, me encantaría estar allí. Se han sintetizado en un manifiesto, todas las quejas que muchos jóvenes arrastramos desde hace mucho tiempo. 

Llevo mucho tiempo aletargada, pero no por falta de ganas, sino por falta de ilusión. Y, siendo honesta, por acomodamiento, claro está. Me preocupaba enormemente haber dejado de creer...en todo y en todos. Apoyé algo que, en su momento, pensé que cambiaría un poco las cosas y seguí haciéndolo durante un tiempo más, pero el panorama y el devenir era tan oscuro que dejé de hacerlo. Y ya no me quedaban alternativas: dejé de creer en la política, en la democracia (puesto que pienso que es una falacia que nos han hecho creer para que nos sintamos poderosos y útiles), en la humanidad, en el futuro y en todo. En serio, parece algo apocalíptico, pero así me llevo sintiendo mucho tiempo. El otro día, completamente indignada, desarrollé un largo monólogo sobre la situación actual, a colación de la muerte de Bin Laden, y el pobre receptor de dicho monólogo se quedó un poco deprimido. No era mi intención. Estaba atónita por la cantidad de gente que celebraba la muerte de una persona: Por supuesto que fue un terrorista y había que ajusticiarlo, pero es eso: ajusticiarlo, no matarlo sin más. Aunque ellos aleguen que fue en defensa propia, pero da igual. Quién puede ajusticiarlos a ellos ahora? Nadie. Ellos dominan y, como ellos, todos los gobiernos y las fuerzas de poder, y el resto...a callar.  Le decía que teníamos que movernos, que nos habíamos convertido en una masa inculta (buen abono para hacer con el pueblo lo que se desee), inmóvil, individualista, egoísta y un montón de calificativos más. 

Esta "revolución" en España me ha devuelto un poquito la ilusión. Me encantaría poder hacer algo desde aquí y no buscar excusas. Por ahora, hablo sobre el tema. Intento crear un diálogo sobre esto. Así, la gente piensa sobre eso. No se trata de imponer ninguna idea, ni mucho menos. Simplemente de que se reflexione sobre esto, aunque sea con unas cervezas de por medio, pero supongo que algo queda. 

Ahora, me acuerdo de ti. Estoy segura de que te habría encantado esta protesta. Te habría recordado a otra época, en la que también protestabamos, en la que más de un tercio del país se movilizó y alzó su voz y sus manos. Ojalá te lleguen ecos de lo que está ocurriendo, de la historia que se mueve, que se mueve al son que el pueblo canta.

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