Parece que el tiempo o el clima o el hastío han ido borrando mi recuerdo, no el tuyo sino el mío.
Debo ser como un fantasma que vagó por tu mente y tu cuerpo un tiempo, pero que se desvaneció, entre las valijas, las cajas y los papeles esparcidos por el suelo; entre las notas de tu guitarra o la vibración de tus cuerdas; entre tus dedos firmes y torpes y tu lengua cálida.
Ojalá yo fuera tú, pero hace frío y los recuerdos se congelan, no se derriten.
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